Los ayuntamientos justifican la regulación del estacionamiento con tres argumentos: que fomenta el uso del trasporte público, que limita la contaminación y que permite recaudar dinero para las arcas municipales. Lo cierto es que en todas las ciudades se busca limitar el aparcamiento en determinadas zonas urbanas, imponiendo a los conductores restricciones temporales y un precio por aparcar.
Los criterios que se aplican en las ciudades para fijar las tarifas son muy diferentes. Las localidades más baratas para aparcar son Palencia (1,15 euros), Ávila y Ciudad Real (1,10), Jaén (1,05), Ceuta (0,95) y Zamora (0,60). Por el contrario, el coste por estacionar durante dos horas en muchas ciudades ronda los 1,5 euros, mientras que ese mismo tiempo cuesta hasta 6 euros en Barcelona, 5,35 euros en San Sebastián y 4,70 euros en Madrid.
Estas tarifas tan elevadas son muy similares al precio que tiene estacionar durante dos horas en un aparcamiento vigilado, donde el coche está más seguro y además no es necesario moverlo transcurrido ese tiempo.
Son los residentes en las zonas de aparcamiento regulado quienes sufren mayores desigualdades, ya que deben abonar, en muchos casos anualmente, una tasa que les permite estacionar en el área más próxima a su domicilio.
Castellón es la única ciudad donde los residentes pueden aparcar sin coste en su barrio. En el otro extremo está Córdoba, donde sólo se permite a los residentes aparcar más barato en su zona, pero no más tiempo que a un visitante. Peor aún es el caso de Oviedo, donde la figura de residente ni siquiera está reconocida.
El método más habitual que utilizan los ayuntamientos para gestionar el aparcamiento de los residentes es a través de una tarjeta anual. Pero en algunas ciudades, como Valencia, Zaragoza, Teruel o Lérida, la tarjeta de residente debe ser acompañada, además, de un tique que debe renovarse cada 1, 3 ó 5 días. Otros municipios como Sevilla, Las Palmas o Tarragona funcionan con un método mixto según el cual es posible elegir entre una tarjeta anual o tiques por días.
Antes de acercar tu vehículo al casco de alguna de estas ciudades, consulta sus condiciones de aparcamiento. Sólo así podrás ahorrarte alguna sorpresa a la hora de estacionar tu coche con seguridad.
Via - seguros.elcorteingles.es
Estas tarifas tan elevadas son muy similares al precio que tiene estacionar durante dos horas en un aparcamiento vigilado, donde el coche está más seguro y además no es necesario moverlo transcurrido ese tiempo.
Son los residentes en las zonas de aparcamiento regulado quienes sufren mayores desigualdades, ya que deben abonar, en muchos casos anualmente, una tasa que les permite estacionar en el área más próxima a su domicilio.
Castellón es la única ciudad donde los residentes pueden aparcar sin coste en su barrio. En el otro extremo está Córdoba, donde sólo se permite a los residentes aparcar más barato en su zona, pero no más tiempo que a un visitante. Peor aún es el caso de Oviedo, donde la figura de residente ni siquiera está reconocida.
El método más habitual que utilizan los ayuntamientos para gestionar el aparcamiento de los residentes es a través de una tarjeta anual. Pero en algunas ciudades, como Valencia, Zaragoza, Teruel o Lérida, la tarjeta de residente debe ser acompañada, además, de un tique que debe renovarse cada 1, 3 ó 5 días. Otros municipios como Sevilla, Las Palmas o Tarragona funcionan con un método mixto según el cual es posible elegir entre una tarjeta anual o tiques por días.
Antes de acercar tu vehículo al casco de alguna de estas ciudades, consulta sus condiciones de aparcamiento. Sólo así podrás ahorrarte alguna sorpresa a la hora de estacionar tu coche con seguridad.
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