
Las inclemencias meteorológicas como la niebla y la lluvia se perciben rápidamente y, con una serie de consejos, podemos hacerles frente extremando la precaución al volante. Sin embargo, el viento no siempre es tan fácilmente perceptible, ya que podemos circular por una vía en mitad de la campiña sin árboles y no notar visualmente las ráfagas. Para ello, en aquellas zonas donde es más habitual su presencia, se habilitan paneles y señales informativas que alertan de los niveles de viento.
Una ráfaga inesperada nos puede sacar de la vía o hacernos cambiar de carril de forma involuntaria, por lo que debemos extremar nuestra precaución nada más notar que el volante de nuestro vehículo gira inesperadamente. Cualquier alteración en los mandos se percibirá de forma diferente en función de la dirección del viento, el peso, el tipo y el diseño de nuestro vehículo.
Ante el menor síntoma, reduce inmediatamente la velocidad, pon todos tus sentidos atentos a la carretera y agarra con firmeza el volante. Si adelantas a otros vehículos, especialmente aquellos de grandes dimensiones y con remolque, ten especial cuidado con el “efecto pantalla”. Este se produce cuando el vehículo al que estamos adelantando nos está protegiendo de la acción del viento pero, justo al rebasarlo, impacta sobre nosotros toda la fuerza del aire. Algo que también hay que tener presente en las salidas de los túneles.
Además, en casos más extremos, evita adelantar a otros vehículos, aumenta la distancia de seguridad con los demás y, si es necesario, para en un lugar seguro y espera a que amaine.
Via - blog.ibericar.es
0 comentarios:
Publicar un comentario