En él, la compañía muestra el perfil más habitual del automovilista que defrauda a su seguro: un hombre de menos de 26 años de edad y en situación de desempleo o con un trabajo precario. Pero no es el único: el segundo perfil más frecuente es el de hombre de mediana edad, trabajador por cuenta ajena y con estudios superiores.
Según este estudio, son los hombres además quienes más defraudan, menos se arrepienten y más presumen de sus fraudes. Pero eso no significa que las mujeres no defrauden. Ellas también lo hacen, aunque menos, y poniendo como excusa que es por "cuidar de la economía familiar". ¿Su fórmula para defraudar? Fingir lesiones o hacer que una lesión parezca más grave de lo que en realidad es.
Cerca de 9 millones de conductores justifican el fraude
Y es que, según este estudio, los automovilista españoles no tenemos problemas de conciencia. Defraudar al seguro, dicho con otras palabras, no nos quita el sueño. Casi nueve millones de conductores encuentran alguna excusa para justificar este comportamiento.
En la práctica, la permisividad con el fraude al seguro de automóvil se ha multiplicado por 3,5 desde el año 2009: de cada 100 partes declarados, 6 son intentos de estafa. Se trata de unas prácticas que, según la compañía, cuestan al sector asegurador más de mil millones de euros cada año.
Los fraudes más frecuentes
El grueso de los intentos de fraude , el 94,5%, se relaciona con daños materiales a los vehículos. 3 de cada 4 casos son por daños ajenos al siniestro declarado. Otras fórmulas habituales son inflar presupuestos, declarar averías como siniestros y falsos hurtos. Llama la atención la proliferación de bandas y los montajes preparados en los que intervienen varias personas con el objetivo de defraudar al seguro.
Sólo un 4,5% de los intentos de fraude son por la vía de las lesiones; en cambio, el importe medio del fraude en estos casos multiplica por 30 al de los daños materiales. El truco más utilizado es simular una lesión o fingir que una lesión existente es más grave. Sólo un 2% recurre a la táctica de atribuir a un siniestro una enfermedad o lesión anterior.
Hablando de números, el importe medio en las estafas de lesiones es de 17.300 euros. Una cifra muy superior a los 550 euros de media en los fraudes por daños materiales.
¿Y las consecuencias legales?
Como decíamos antes, en general los automovilistas españoles justifican el fraude al seguro. El mayor conocimiento de las consecuencias legales que puede suponer un fraude contiene las cifras, pero, a pesar de todo, 5,2 millones de automovilistas confiesan que llegarían a cometer un fraude en caso de estar seguros de que no serían "pillados".
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Via - blog.certifiedfirst.es
Cerca de 9 millones de conductores justifican el fraude
Y es que, según este estudio, los automovilista españoles no tenemos problemas de conciencia. Defraudar al seguro, dicho con otras palabras, no nos quita el sueño. Casi nueve millones de conductores encuentran alguna excusa para justificar este comportamiento.
En la práctica, la permisividad con el fraude al seguro de automóvil se ha multiplicado por 3,5 desde el año 2009: de cada 100 partes declarados, 6 son intentos de estafa. Se trata de unas prácticas que, según la compañía, cuestan al sector asegurador más de mil millones de euros cada año.
Los fraudes más frecuentes
El grueso de los intentos de fraude , el 94,5%, se relaciona con daños materiales a los vehículos. 3 de cada 4 casos son por daños ajenos al siniestro declarado. Otras fórmulas habituales son inflar presupuestos, declarar averías como siniestros y falsos hurtos. Llama la atención la proliferación de bandas y los montajes preparados en los que intervienen varias personas con el objetivo de defraudar al seguro.
Sólo un 4,5% de los intentos de fraude son por la vía de las lesiones; en cambio, el importe medio del fraude en estos casos multiplica por 30 al de los daños materiales. El truco más utilizado es simular una lesión o fingir que una lesión existente es más grave. Sólo un 2% recurre a la táctica de atribuir a un siniestro una enfermedad o lesión anterior.
Hablando de números, el importe medio en las estafas de lesiones es de 17.300 euros. Una cifra muy superior a los 550 euros de media en los fraudes por daños materiales.
¿Y las consecuencias legales?
Como decíamos antes, en general los automovilistas españoles justifican el fraude al seguro. El mayor conocimiento de las consecuencias legales que puede suponer un fraude contiene las cifras, pero, a pesar de todo, 5,2 millones de automovilistas confiesan que llegarían a cometer un fraude en caso de estar seguros de que no serían "pillados".
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