El sofisticado monocasco de fibra de carbono de esta versión descubierta no ha recibido apenas ningún tipo de mejora debido a su extraordinaria rigidez, no obstante con el tiempo se ha ído reformando convenientemente el marco de parabrisas, que mantiene la estructura de la fibra de carbono y que en su día se le dotó interiormente de un tubo de acero con el objetivo de garantizar la seguridad de sus ocupantes en caso de vuelco y con ese mismo fin, se incorporaron sendos arcos de seguridad tras los asientos.
Su capota está realizada en una sofisticada lona de cinco capas con la que se consigue un aislamiento con el exterior prácticamente idéntico al de la versión cerrada. De alguna forma incomprensible el sistema de accionamiento no está en su totalidad automatizado, lo que de alguna forma obliga a soltar un gancho y empujar ligeramente la capota hacia arriba antes de pulsar el botón de apertura. En esta versión su maletro se ha visto reducido en 68 litros quedándose en 204 litros de capacidad, no obstante no supone ningún problema para cualquier pareja que quiera irse de fin de semana.
Su reparto de masas está muy logrado gracias a que el musculoso V8 alimentado por compresor que lo mueve va colocado en posición retrasada por detrás del eje delantero, además, la facilidad para rodar a velocidades de vértigo de este roadster resulta verdaderamente increíble, ya que va muy aplomado y a poco que se pise el pedal del acelerador se está muy por encima de los 200 km/h con total facilidad, algo que se puede realizar incluso a techo descubierto, ya que la aerodinámica está muy conseguida.
Con todos estos argumentos queda claro que lo son las vías rápidas y especialmente las autopistas alemanas, en donde se puede dar de alguna manera rienda suelta a su abundate potencia sin peligro de entrar en la lista de los delincuentes más buscados según que país. En los trazados más sinuosos el peso se deja sentir, pero gracias a su desmesurada caballería, aun equipo de frenos inagotable, a un bastidor que se lo cree todo y aun cambio automático de cinco marchas con gestión AMG y sistema de accionamiento secuencial, se puede rodar a un ritmo altísimo con gran facilidad, sin apenas esforzarse y con mucha seguridad. Entre otras cosas, gracias a un ESP muy bien puesto a punto, que permite ligeros desplazamientos de la zaga y que, como os podeis imaginar, está absolutamente prohibido desconectar, a no ser que se esté en un circuíto con buenas escapatorias, dado que los caballos a domar son muchos y el par a controlar es totalmente descomunal.
En cuanto a sus dimensiones, su peso es de 1.750 kg, su longitud alcanza los 4.660 mm, su anchura 1.991 mm y su altura alcanza los 1.280 mm.
Hablando de su motorización, su motor delantero longitudinal de 8 cilindros en V a 90º de 5.439 cc ofrece una potencia de 626 CV a 6.500 rpm y 79,6 mkg a 3.250 rpm.
Con esta mecánica consigue acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 3,8 segundos y su velocidad máxima se sitúa en los 332 km/h.
No cabe duda que este SLR Roadster de Mercedes es uno de los coches más rápidos y exclusivos que se pueden comprar, toda una marvillosa máquina para volar a ras de suelo, con la que, desde luego, el espectáculo está más que servido.
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