1. Origen
El claxon surgió a finales del siglo XIX ante la necesidad de avisar de la presencia de vehículos motorizados a los peatones y a otros vehículos. Antes de su aparición, todos los coches debían ir precedidos de una persona portando una bandera o, en caso de ser por la noche, una linterna.
2. Las primeras ideas
Se estudiaron diversas opciones para incluir como señales acústicas de los vehículos. Una de ellas consistía en una campana que sonaba cada vez que las ruedas realizaban un círculo completo. Otros fueron más allá y pretendían acoplar sistemas para lanzar bengalas de aviso.
3. De bocina manual a eléctrica
Hasta 1914, el claxon de los coches era un bocina de accionamiento manual (de las clásicas con forma de pera). En 1914, Robert Bosch presentó en Alemania la patente de bocina eléctrica para coche. La primera salió al mercado en 1921.
4. No todas las bocinas son iguales
Deben estar adaptadas en intensidad al tamaño y potencia del vehículo. Es decir, no se puede llevar instalado un claxon de tren o camión en un automóvil y viceversa (en el enlace puedes ver lo que pasa cuando un eléctrico monta una bocina de camión). Las bocinas pueden llegar a alcanzar intensidades de 120 decibelios, aunque deben estar reguladas a 105 dB a una distancia de 7 metros.
5. No todos los claxon tienen el mismo sonido
Algunas tienen tonos más graves, otras más agudos y estridentes. Al principio la nota que “tocaban” la mayoría de las bocinas era un “Mi bemol”, sin embargo a partir de los años 60 comenzaron a implantarse bocinas en “Fa sostenido”, que se distinguían mejor entre el creciente tráfico.
Hace tiempo se habló de que fabricantes como Peugeot iban a permitir personalizar el claxon, pero no hemos tenido más noticias al respecto.
Se estudiaron diversas opciones para incluir como señales acústicas de los vehículos. Una de ellas consistía en una campana que sonaba cada vez que las ruedas realizaban un círculo completo. Otros fueron más allá y pretendían acoplar sistemas para lanzar bengalas de aviso.
3. De bocina manual a eléctrica
Hasta 1914, el claxon de los coches era un bocina de accionamiento manual (de las clásicas con forma de pera). En 1914, Robert Bosch presentó en Alemania la patente de bocina eléctrica para coche. La primera salió al mercado en 1921.
4. No todas las bocinas son iguales
Deben estar adaptadas en intensidad al tamaño y potencia del vehículo. Es decir, no se puede llevar instalado un claxon de tren o camión en un automóvil y viceversa (en el enlace puedes ver lo que pasa cuando un eléctrico monta una bocina de camión). Las bocinas pueden llegar a alcanzar intensidades de 120 decibelios, aunque deben estar reguladas a 105 dB a una distancia de 7 metros.
5. No todos los claxon tienen el mismo sonido
Algunas tienen tonos más graves, otras más agudos y estridentes. Al principio la nota que “tocaban” la mayoría de las bocinas era un “Mi bemol”, sin embargo a partir de los años 60 comenzaron a implantarse bocinas en “Fa sostenido”, que se distinguían mejor entre el creciente tráfico.
Hace tiempo se habló de que fabricantes como Peugeot iban a permitir personalizar el claxon, pero no hemos tenido más noticias al respecto.
6. De bocina a claxon
En España, el término bocina apenas se emplea y, en su lugar, se utiliza el de claxon por la marca comercial registrada de bocinas Klaxon.
7. Cuándo puedes usar el claxon y cuándo no
Muchos conductores desconocen que la bocina del coche no se puede utilizar así como así. El uso indiscriminado de la bocina se considera un comportamiento negligente, por ello el código de circulación sólo autoriza el uso del claxon en las siguientes situaciones:
- Para evitar un accidente.
- Para avisar de la posición a otro vehículo que intente incorporarse sobre todo si lo hace marcha atrás.
- Cuando se trata de señalizar la circulación como vehículo prioritario en caso de llevar a una persona enferma al hospital de urgencias, siempre acompañado de las señales de emergencia visuales.
- Para avisar a otro conductor de que vamos a realizar un adelantamiento.
El incumplimiento de estas normas acarrea una multa económica que puede ir desde los 80 euros hasta los 6.000 euros, dependiendo de la ordenanza municipal de contaminación acústica.
Via - autobild.es
0 comentarios:
Publicar un comentario