Para garantizar la eficacia de los catalizadores son sometidos a una serie de pruebas, en las que los vehículos ruedan las distancias que hemos indicado y al mismo tiempo se realizan todas las operaciones de mantenimiento que indica siempre el fabricante, de este modo podemos considerar que una reposición del catalizador a los 100.000 kms es toda una operación normal.
Cuando el catalizador deja de funcionar correctamente siempre aumentan considerablemente las emisiones de CO2 y nos resultará muy dificil poder superar las pruebas correspondientes en la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).
Otras prestaciones como la potencia, velocidad máxima o aceleración, no se verán afectadas si este es el único problema.
No obstante, si queremos alargar la vida del catalizador, siempre es recomendable seguir el mantenimiento que indica el fabricante, especialmente en cuanto a puesta a punto y cambio de bujías, también debemos evitar arrancar el coche a empujones e intentar no pasar por badenes inundados, porque al mojarse el catalizador se puede romper el bloque cerámico que lleva en su interior por el descenso brusco de la temperatura.
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