El 430 es hoy por hoy un ejemplo claro de transferencia de tecnología, y no es nada extraño que gracias a ello se haya convertido en el modelo más eficaz y deportivo de los modelos que integran la gama actual. Gracias a la colaboración del piloto alemán Schumacher en su día se ajustó la transmisión, también fue el responsable de que el manettino sistema que controla tanto el autoblocante como el control electrónico de tracción y de dureza de la suspensión a través de un interruptor situado en el volante disponga ahora de cinco programas de conducción en lugar de cuatro.
De esa manera, además de los programas para conducción en mojado, Sport, Race y el que elimina totalmente las ayudas a la conducción, dispone de uno nuevo que anula el control de tracción pero no el de estabilidad. Gracias a ello, cuando se rueda en circuíto se puede desparramar aun más que en el programa Race (el más permisivo en el 430). También dispone de un botón que permite colocar la amortiguación en su posición más suave de las dos que dispone con cualquiera de los programas de conducción, que por defecto, la sitúan en su modalidad más energética a partir del programa Sport. Se asegura que esta tecla resulta de gran ayuda cuando se rueda deprisa sobre firme en mal estado, dado que el poder de absorción es mucho mayor.
Su caja de cambios básicamente es la secuencial de seis velocidades del 430, pero gracias a una nueva gestión electrónica y al nuevo diseño de algunas piezas en su interior, se ha conseguido reducir los tiempos a la hora de pasar de una marcha a otra de 150 milisegundos a 60. Estamos hablando del mismo tiempo que utiliza un formula 1 hace sólo unas temporadas, aunque actualmente los monoplaza emplean de 30 a 40 milisegundos.
Podríamos decir que lo mejor de este superdeportivo no es ya por si lo eficaz que resulta, son las increíbles sensaciones que se obtiene en sus mandos. Según declaraciones oficiales de pilotos probadores su potentísimo motor se estira sin problemas por encima de las 8.000 rpm con total facilidad con un genio y una rabia fuera de lo común, los cambios de marcha se realizan a una velocidad francamente desconocida y mientras no se anulen las ayudas a la conducción, todo son facilidades por su parte en lo referente a su comportamiento.
Si bien este Ferrari se sujeta a la carretera como una auténtica lapa, consigue también estratosféricas velocidades de paso por curva y es muy rápido de reacciones, resulta siempre noble y de reacciones previsibles. Es sin duda una auténtica maravilla con la que, una vez más, se pone de manifiesto el saber hacer de su fabricante.
Hablando de su motor, es un gasolina 4.4 litros central longitudinal de 8 cilindros en V a 90º que desarrolla una potencia de 510 CV a 8.500 rpm y un par de 47,95 mkg a 5.250 rpm. Con esta mecánica consigue acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 3,6 segundos y su velocidad máxima se sitúa en los 325 km/h, todo ello asociado a una caja de cambios pilotada de seis velocidades de accionamiento secuencial.
En cuanto a sus dimensiones, su peso es de 1.350 kg, su longitud es de 4.510 mm, su anchura es de 1.925 mm y su altura es 1.190 mm. Los neumáticos en su parte delantera son 225/35 ZR 19 y 285/35 ZR 19 detrás.
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