lunes, 1 de abril de 2013

Maserati GranTurismo MC Stradale: Análisis completo

Aunque Maserati ya ha desvelado en el Salón de Ginebra como es el nuevo modelo de este superdeportivo que ahora tiene una configuración de 2+2, nosotros hemos tenido la oportunidad de realizar una toma de contacto y conocer hasta el más mínimo detalle del último Stradale, del cual os lo enseñamos en un amplio resumen.


Para empezar, podemos decir que la aerodinámica de este coche es uno de los elementos en el que se ha trabajado mucho, de hecho se beneficia de los conocimientos adquiridos con el tiempo en competición para conseguir así más carga sin mayor resistencia, incluso cuando desvía el flujo de aire para refrigerar los frenos, y por poner un ejemplo; este vehículo adopta un divisor de flujo delantero y un paragolpes trasero que añaden 48 milímetros a la longitud total. El citado divisor delantero, junto con los faldones laterales y las protecciones delanteras (tal y como se puede apreciar en la imagen), hace que el morro baje, los discos se enfríen, se expulse el aire caliente del sistema de frenos y se genere carga aerodinámica a lo largo del coche.

Por otro lado, de desalojar el aire caliente del motor se encargan las dos salidas que hay en el capó, mientras que en parte posterior los escapes están bastante cerca del centro del coche y los difusores están esculpidos para facilitar la salida del flujo de aire bajo el chasis y estabilizar ese chorro más lejos de la zaga del coche para reducir así la resistencia aerodinámica, sin olvidar que el prominente spolier que está situado sobre el portón tiene también su trabajo en este sentido, ya que se encarga de generar carga extra a altas velocidades.

En lo que se refiere a la unión al suelo, este Maserati GranTurismo MC Stradale (la unidad que hemos probado) monta unos neumáticos que podríamos denominar bastante específicos, estamos hablando de unos PZero Corsa de 255/35 R20 delante y 295/35 R20 detrás (estos de Pirelli). Observando los neumáticos de cerca, nos damos cuenta que son parecidos a los que se usan en carrera y su diseño es realmente fascinante, de hecho, las gomas traseras tienen un patrón asimétrico con dibujo grande en el borde exterior para garantizar más adherencia lateral y las delanteras presentan un patrón direccional en la banda para garantizar el agarre incluso sobre pistas húmedas.

También resulta impresionante sus sitema de frenos, ya que dispone de discos carbocerámicos firmados por Brembo que son de 380 milímetros delante con pinzas de seis pistones y de 360 milímetros detrás con pinzas de cuatro pistones, los cuales se ayudan de una bomba que es más grande que la que utiliza su hermano el GranTurismo S para para esa finalidad. El resultado de frenada ya os lo podeis imaginar, es asombroso, ya que sólo necesita una distancia de 33 metros para parar desde 100 km/h, y a todo hay que sumarle una mejor capacidad de refrigeración cuando se conduce al límite.

Por otro lado, este superdeportivo ofrece tres modalidades de conducción; además de las denominadas Auto y Sport, también cuentra con otra denominada Race, está última sólo funciona cuando cambiamos manualmente y rebaja en 60 milésimas el tiempo necesario para engranar la siguien marcha, en la modalidad Sport ese trabajo se rebaja 100 milésimas y en el Auto 240 milésimas. Cabe destacar que en modo Race se mantiene abierta de forma permanente la válvula del escape (que en el modo Auto siempre va cerrada y en Sport sólo se abre por encima de las 4.000 rpm), lo que se traduce en un sonido beligerante incluso estando en ralentí.

Hasta ahora no cabe duda que ha sido el vehículo más ligero y potente de la gama Maserati, y como consecuencia de ello, también el más rápido, de hecho, ahí están esos 301 km/h de velocidad máxima o los 4,6 segundos que utiliza para acelerar de 0 a 100 km/h para demostrarlo. Está claro que los ingenieros de la marca hicieron un buen trabajo mecánicamente hablando, cuando tomaron el motor V8 de 4.7 litros del GranTurismo S y obtuvieron 10 CV extra, con esta última mecánica se alcanza 52 mkg a 4.750 rpm y tiene una curva más plana a bajo régimen, que como ya sabeis es sinónimo de mayor progresividad en la respuesta, eso sí, ha sido a base de reducir fricción interna, lo que implicó también en su día (según nos han confirmado) el rediseño de la dinámica de fluídos del cárter de aceite y el revestimiento diamantado de los taqués y los lóbulos del árbol de levas.

En definitiva, no cabe ninguna duda que este Maserati es un vehículo de muy altas cumbres y digno incluso hasta para el conductor más exigente.

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