Hemos dicho avería, aunque más bien deberíamos decir desgaste, su vida media tanto en los diesel como en los gasolina se calcula alrededor de los 70.000 kms. Cuando se encuentren en el límite de desgaste normalmente debemos recibir un aviso a través del testigo del freno de mano que deberá quedarse encendido continuamente hasta que solucionemos el problema. Debemos tener mucho cuidado si llegamos hasta este punto, ya que nuestro coche frenará muy mal sin olvidar que de seguir circulando acabaremos destrozando los discos de freno. Podemos evitar un poco de desgaste de las pastillas, si por ejemplo, al bajar un puerto de montaña empleamos marchas cortas y aprovechamos así el freno motor, esto evitará que tengamos que frenar tantas veces en esa bajada y por tanto el desgaste de las pastillas será inferior.
Otra pieza que también da sus contratiempos en ocasiones es el alternador, éste es el que se encarga de generar la electricidad que necesita nuestro coche cuando el motor está en marcha. Según los fabricantes, esta pieza normalmente debería durar toda la vida del coche, pero lamentablemente sus averías son bastante comunes tanto en gasolina como en diesel. Se suele averiar porque se estropea su mecanismo interno o que no funcione bien el regulador que controla el flujo de corriente. Si deja de funcionar bien conllevará a otro problema, ya que el coche pasará a utilizar la batería para obtener las electricidad que necesita, y la agotará en un breve espacio de tiempo (muy rapidamente). Para evitar ciertas contrariedades es aconsejable consultar en el libro de mantenimiento cuando hay que sustituir la correa de servicio, ya que si se rompe o está en mal estado, el alternador no funcionará como debe hacerlo.
Otras piezas que también tienden a averiarse con bastante frecuencia son los amortiguadores, su función es la de absorber las irregularidades que aparecen en la carretera y de asegurar el permanente contacto de las ruedas con el asfalto. Durante los primeros 30.000 kms la mayoría de fabricantes coinciden en que un amotiguador rinde al 100%, a partir de ese kilometraje su eficacia irá disminuyendo poco a poco. No es necesario decir que si nuestros amortiguadores entán en mal estado empeorará la estabilidad de nuestro vehículo, sin olvidar que automáticamente aumentan las distancias de frenado y también el desgaste de los neumáticos. Los fabricantes de estas piezas aconsejan sustituirlas como muy tarde a los 60.000 kms.
Una forma de ayudar a cuidar nuestros amortiguadores, es por ejemplo: si circulamos sobre baches grandes o badenes debemos extremar la suavidad y evitaremos así golpes muy bruscos en estas piezas, y evitaremos al mismo tiempo que se puedan ver afectados también los anclajes de la suspensión, los neumáticos y las llantas. Con un poco de cuidado evitaremos tener que afrontar una reparación bastante costosa.
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