Lo que si es cierto es los vehículos que está utilizando la firma para este tipo de pruebas son todos de serie, eso sí, están equipados con unos mecanismo especiales como podeis ver en la imagen que son capaces de accionar el volante, el freno y el acelerador gracias a las órdenes enviadas por un ordenador y un GPS que están instalados en el coche.
Todos los test o pruebas que se practican se realizan en circuitos cerrados y son siempre supervisados por los propios ingenieros desde una torre de control, de esta forma los técnicos, utilizando los pilotos automáticos, comprueban por si mismo el funcionamiento de nuevos sistemas de seguridad en condiciones reales de conducción bajo dos importantes premisas: la repetición de un mismo ejercicio múltiples veces y la seguridad. Según aseguran desde la propia firma, en este tipo de prubas ambos requisitos están normalmente por encima de las habilidades humanas, ya que los conductores no pueden reaccionar siempre en el mismo tiempo ni repetir maniobras con total exactitud. Hay que reconocer que este tipo de pruebas siempre son indispensables para comprobar el funcionamiento de complejos sistemas electrónicos, especialmente los de asistencia a la conducción en situaciones parecidas a la realidad.
Por otro lado, otro tipo de pruebas que se realizan con piloto automático también resultan de mucha utilidad en los denominados test extremos, ya qye en estos ensayos los propios vehículos de Mercedes son sometidos a esfuerzos muy superiores a los que normalmente pueden experimentar durante una conducción normal. Los objetivos de estas pruebas según declaran sus propios responsables son por ejemplo; comprobar que los airbags no se disparan cuando se toma un badén a alta velocidad, entre otras muchas más comprobaciones.
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