martes, 8 de diciembre de 2015

Marcas que fabrican coches para otras marcas: ¿sabemos realmente lo que compramos?

Grupos empresariales, colaboraciones entre grupos, mecánicas y plataformas comunes. Son algunas de las estrategias que hacen que al comprarnos un coche quizás nos estemos llevando algo que desconocíamos.

El Seat Exeo que podemos ver en la imagen no es otra cosa que un Audi A4.



Se trata de un mismo grupo empresarial, VAG, por lo que las sinergias entre las marcas que lo componen son lógicas. Es habitual que un mismo motor se encuentre en varios modelos, y que las plataformas de los mismos sean comunes. En este caso, cada una de las marcas está dirigida a un público específico, desde el cliente que busca un modelo «Premium» o de lujo, hasta el que tiene preferencias más deportivas, o el que busca un menor desembolso a la hora de comprar el coche.

Cada una pone su sello, y por eso nos encontramos ejemplos de modelos como el VW Golf, el Seat León o el Skoda Octavia. Sí, podemos pensar que los tres son el mismo coche, pero por precio y por características cada uno de ellos tendrá un conductor muy distinto.

Idéntica relación podemos ver entre tres modelos urbanos, como son el Skoda Citigo, el Seat Mii y el Volkswagen Up!. Cada uno de ellos lleva no solo una insignia diferente, sino que sus acabados y sobre todo su precio les hace diferentes.

La «clonación» es si cabe mayor entre dos modelos recientes, y que por sus características hace prever que ambos sean un éxito de ventas. Nos referimos al Skoda Rapid y al Seat Toledo. En este caso se trata exactamente del mismo coche, salvo la personalidad en cuanto a la forma de los faros o los emblemas de cada uno de ellos. Es más, ambos vehículos se elaboran en la misma fábrica, es decir, en las instalaciones de Skoda.

Algo completamente diferente sucedió con otro modelo de la factoría Seat, que en este caso fue la encargada del montaje del modelo Exeo. Aunque el coche desaparecerá en breve del catálogo de la marca, todavía se pueden encontrar algunas unidades en los concesionarios, por cierto, a muy buen precio. Pero lo cierto es que no se trataba más que de la anterior generación del Audi A4 pasado por el tamiz de la marca de origen español. Hasta la maquinaria para fabricarla, totalmente amortizada en la factoría de origen, fue traída a las instalaciones de Seat, donde continuó la producción del mismo coche pero con distinto nombre. Todo un ejemplo de ahorro en la fabricación de un coche de calidad, aunque descatalogado en la marca original.

Via - abc.es

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