El funcionamiento de este sistema es bastante sencillo, el calor del escape hace que la urea se descomponga formando amoniaco que se mezcla con los gases NOx del escape y los transforma en nitrógeno y vapor de agua, que es lo que al final se despide a la atmósfera.
Este aditivo es muy conocido especialmente por su bajo precio, ya que un bidón de 18 litros tan sólo cuesta alrededor de un euro. El almacenamiento de este aditivo se realiza en un depósito especial y es suministrado por el propio fabricante en cada revisión, actualmente también se puede adquirir en algunas estaciones de servicio.
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