La compañía holandesa Spyker que ha realizado dicha demanda, exige una compensación económica de 3.000 millones de dólares al considerar que el gigante norteamericano a quien compró Saab dos años antes, emprendió acciones de forma ilegal para poder bloquear la entrada de inversores (particularmente chinos) en el capital de la empresa sueca que hubieran asegurado sin duda alguna su viabilidad de forma permanente. Por otro lado y según se dice, GM no dío en ningún momento el visto bueno a la venta de Saab a la china Youngman porque entonces aún mantenía la propiedad intelectual sobre algunos modelos en concreto.
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