En el mismo instante de arrancar y ponernos en marcha, ya nos hemos quedado absolutamente impresionados por la brutal sonoridad de su propulsor V8 así como por la propia aceleración que tiene, tanto es así, que el simple hecho de poder mantener una velocidad de crucero resulta en la mayoría de las ocasiones realmente muy dificil porque nuestra conducta no resulta la misma a los mandos de este vehículo. Lo que si que está claro, es que aunque alguno de sus rivales pueda acelerar algunas centésimas de segundo mejor o incluso que consigan frenar en unos centímetros menos, este Mercedes C63 AMG Coupé es simplemente abrumador.
Por otro lado, también cabe destacar que tan imponente como su propia capacidad es el impresionante equilibrio general que transmite en todo momento, gracias entre otros a su suspensión que es firme y eficaz, así como que consigue absorver bien sin perder en ningún momento la trayectoria cuando un bache nos sorprende en pleno apoyo ofreciendo al mismo tiempo un punto de comodidad que se puede notar en su cambio que es automático, de convertidor de par y levas en el volante, y aunque actualmente hay cambios que reducen algunas mílésimas de segundo como el impresionante doble embrague robotizado del M3 o del RS4, no se le dá la más mínima importancia porque todo lo demás atrae al resto de nuestros sentidos.
En cuanto a su mecánica, debeis saber que los motores son montados a mano por un único operario que estampa su firma en él. Esta versión dispone de un ocho cilindros en V de 6.2 litros que ofrece una potencia de 457 CV a 6.800 rpm y un par máximo de 61,2 mkg a 5.000 rpm. Con todo este arsenal mecánico consigue acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y su velocidad máxima autolimitada se sitúa en los 250 km/h, con un consumo mixto que supera los 14 litros por cada cien kilómetros.
A lo que sus dimensiones se refiere, su longitud alcanza los 4.730 mm, su anchura es de 1.790 mm y su altura es de 1.440 mm. Su peso en vacio es de 1.730 kilogramos.
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