lunes, 25 de enero de 2016

El turbo y el lubricante

La lubricación del turbo es esencial, debido a las altas velocidades de giro del turbo, relacionadas con el objetivo de aumentar la potencia del motor de nuestro coche introduciendo una mayor cantidad de aire en la cámara de combustión.


Estas velocidades de giro llevan a altas temperaturas de funcionamiento y presiones de trabajo, por lo que el contacto entre las piezas podría dar lugar a rápidos desgastes y averías. Por ello el lubricante se vuelve esencial, debido a que debe refrigerar el eje y los rodamientos, al mismo tiempo que proporcionar una correcta lubricación para evitar los problemas de desgaste.

El lubricante permite la refrigeración, con su paso por las conducciones del turbo, por lo que es necesario mantener un caudal adecuado de lubricante para permitir una rápida y eficaz transferencia de calor entre las piezas y el aceite, disminuyendo con ello las temperaturas de trabajo en la zona y manteniéndolas dentro de un intervalo de temperaturas óptimo.

Con ello se consigue que las holguras ente las piezas se mantengan adecuadamente, evitándose que se produzca su dilatación, por efecto del calor, lo que daría lugar a desgastes.

De lo anterior se deduce rápidamente que se debe mantener limpia toda la zona. Mantener limpio el turbo es esencial, debido a que si se depositan residuos en la zona de cojinetes y en el eje lo que tendríamos es un desequilibrado del eje, lo que llevaría a rápidos desgastes y a la avería.

Por ello los aditivos detergentes y dispersantes que lleva el aceite, encargados de evitar que la suciedad generada en la combustión se aglomere y se deposite sobre las superficies metálicas, son esenciales para evitar la formación de depósitos, que disminuirían el paso de aceite y, con ello, la refrigeración de estas zonas, produciendo un aumento de la temperatura de trabajo del turbo.

Así mismo, el uso de bases sintéticas ayuda a mantener limpia esta zona, dado que poseen una alta capacidad de retener la suciedad en su seno; lo que las hace altamente eficaces en mantener el turbo en las condiciones adecuadas para su funcionamiento. La suciedad que arrastran se eliminará en los filtros del aceite.

Todo ello facilita la capacidad del aceite para lubricar los elementos móviles del turbo, contribuyendo al correcto funcionamiento de este.

Otro punto que puede verse afectado por la presencia de depósitos es el filtro, instalado antes de la entrada en el turbo, debido a que en su entrada se produce una reducción del paso del aceite, lo que puede dar lugar a que se acumule la suciedad en ese punto, cerrando el caudal de aceite hacia el turbo. Evidentemente si llega menos cantidad de lubricante tenemos una peor refrigeración y una mala lubricación, que puede llevar a la avería.

Normalmente, en estos casos, antes de producirse la avería observaríamos que oímos un ruido como una sirena, que aumenta de nivel a medida que realicemos más kilómetros. Si esto ocurriese se debe acudir al taller para que vean de donde procede.

Para evitar tener un problema con el turbo se deben seguir los siguientes pasos:

- Tipo de lubricante utilizado: Se deben utilizar productos sintéticos, un SAE 5W-40 o un 5w-30 si no hay filtro de partículas, en el caso de que exista será un 5W-30 ó un 0W-30 compatible con el filtro de partículas lo que deberemos utilizar.

- Tipo de mantenimiento: Se aplica el severo, por lo que hay reducir el kilometraje del cambio del aceite; al acortar el kilometraje se reduce la concentración de suciedad en el aceite. El kilometraje en servicio severo se indica en el libro de mantenimiento.

Siguiendo estas indicaciones para el cambio del aceite se conseguirá disminuir considerablemente la posibilidad de la rotura del turbo, evitándose las consiguientes molestias así como el coste de la reparación.

Via - totalblog.es

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