miércoles, 27 de enero de 2016

Flash Bainite, el metal que revolucionará la industria del automóvil

Conforme han ido pasando los años, el uso de materiales más eficientes ha permitido mejoras las especificaciones técnicas de los vehículos. Un menor peso manteniendo o incluso mejorando el nivel de seguridad ha permitido que mismas motorizaciones reduzcan el nivel de consumo, facilitando unas menores emisiones contaminantes y provocando un ahorro en el bolsillo del propietario.



En este último años que hemos dejado atrás, se ha dado una vuelta de tuerca a la tecnología. Se ha comenzado a hacer uso de un material más ligero que el acero convencional. El nombre del mismo es Flash Bainite y es el llamado a estar presente, salvo descalabro de última hora, en la mayoría de los modelos producidos en los próximos años. ¿Cuáles son las ventajas que tiene esta nueva aleación metálica? ¿Tiene implicación en la seguridad? ¿Es mucho más fácil de producir? Estas son algunas de las preguntas que se tienen en consideración a continuación.

Este nuevo material, descubierto en tareas de investigación en el años 2011, posee varias ventajas para destronar al acero como material indispensable en muchos componentes en la industria del automóvil. Entre otras cualidades, destaca por su alta resistencia, su fácil manejabilidad y sobretodo, su ligereza, básico para garantizar unas prestaciones mayores y un consumo más comedido.

De momento, tres grandes fabricantes son los que están llevando a cabo pruebas para implementar este material en la cadena de montaje. Obviamente, materiales como la fibra de carbono o el grafeno ya han sido relacionados en multitud de ocasiones con el sector. En cambio, el Flash Bainite cuenta con una ventaja sobre éstos, el proceso de producción es más barato sin perjudicar las fuerzas a las que se someterían los anteriores.

Gracias a la sustitución del acero convencional por este material más adaptable, el coste final del vehículo se reduciría, pudiendo ser, la empresa, más competitiva en el mercado. Obviamente, reducir los precios sería una decisión que tendría que tomar cada fabricante, pero de igual forma, obtendría un mayor margen en los ingresos.

Atendiendo al menor peso de este material, se conseguiría reducir el nivel de emisión de partículas contaminantes en el medio y largo plazo. De esta forma, se conseguiría reducir el impacto global al medio ambiente a la vez que las empresas tendrían menores costes fijos. Visto desde otro punto de vista, las dos partes del mercado, la oferta y la demanda obtendría un beneficio común.

Por otro lado, su buena manejabilidad le permitirá poder ser utilizado en otras industrias ajenas a la del automóvil. Al fin y al cabo, es más barato que el acero por lo que es cuestión de tiempo que llegará a cada vez más sectores de producción. De momento, al menos tres grandes fabricantes están probando una primera ronda de vehículos, en base a los resultados se determinará si es factible su rendimiento en las carrocerías del futuro.

Via - frenomotor.com

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