miércoles, 23 de marzo de 2016

Cómo detectar un fallo en la centralita del motor: síntomas y soluciones

El módulo de control del motor, también conocido como centralita, es a grandes rasgos una computadora encargada de supervisar y regular los sistemas de control del vehículo que pueden ir desde el régimen de combustión hasta la carga de batería o transmisión. Por ello, que la unidad de control falle, puede acarrear serios problemas al motor de nuestro coche.



Como cualquier otra pieza electrónica del coche, puede estropearse, y en ese caso no llegaría a comunicarse correctamente con los sensores. Del mismo modo, otros elementos que incidan directamente en la unidad de control y no funcionen de la manera adecuada, podrían acabar por dañarla.

En otros artículos hemos hablado de los motivos por los que puede llegar a fallar la centralita pero a grandes rasgos podemos agruparlos del siguiente modo:

- Agentes externos: el más común es el agua. Si la centralita llega a mojarse, es muy probable que las conexiones eléctricas se vean afectadas. En este caso no se puede reparar.

- Sobrecarga: si se produce un cortocircuito en un solenoide o un actuador por una sobrecarga de voltaje, o hay daños en el cableado, debe localizarse y tratarse adecuadamente el componente afectado, pues aunque sustituyamos la centralita, volvería a averiarse.

- Grietas en las placas: a menudo las continuas vibraciones o las alteraciones constantes de la temperatura pueden acabar agrietando las placas de los circuitos de la unidad de control, aunque en este caso sí se podría reparar cambiando la placa defectuosa.

- Fallos de programación: si no se ha programado de la manera adecuada, o si el módulo de control ha sido reprogramado sin tener en cuenta las características concretas de ese modelo, es normal que de fallos de manera regular o que no llegue a activarse de forma correcta.

¿Qué síntomas muestra la centralita del motor cuando está averiada?

Las muestras más comunes de que nuestra ECU no está funcionando como debiera, pasan por la falta de potencia, el exceso de consumo, mal funcionamiento al ralentí, el humo denso y oscuro del tubo de escape o incluso por dejar inmovilizado el vehículo impidiendo que éste arranque. Variarán dependiendo del fabricante y el tipo de centralitas.

Por ejemplo, entre las del grupo VAG la más popular es la EDC16U1, (muy común en Audi y Volkswagen), y cuando está defectuosa produce parpadeo del testigo de los calentadores y el motor no arranca sin motivo. Si la conectáramos para hacer un chequeo no nos permitirá identificar el bastidor además de dar una lectura errónea de los parámetros o indicarnos que no hay comunicación con la unidad de control del motor.

Otros síntomas comunes en otras marcas sería el encendido del testigo del motor o inmovilizador que una vez en la máquina de diagnosis nos diría que no conecta con la ECU porque corrompe la cartografía.

Más complejo resulta detectar la avería de centralita si el vehículo arranca y después se para súbitamente y no deja fallo registrado en la memoria, ya que suele achacarse a un problema de batería, y tras cambiarla, vemos que ha sido en balde.

Antes de arriesgarnos a reemplazar la centralita, es conveniente hacerle una diagnosis que nos permita asegurarnos de que no es un sensor que esté ligado a la misma el que está impidiendo su óptimo rendimiento.

¿Qué solución podemos darle a una centralita averiada?

Si después de las comprobaciones oportunas confirmamos que el fallo está en la centralita podemos solventar la situación de cuatro modos distintos:

- Repararla: según la clase de avería que le afecte, la centralita puede repararse sustituyendo los sensores de presión absoluta y/o los drivers del sistema de encendido, así como modificando el software para solventar fallos en la cartografía.

- Clonarla: se trata de la reprogramación de la unidad de control transfiriendo la información que había en las lecturas de la memoria para acceder a la cartografía del vehículo.

- Virginizarla: si ni siquiera es posible recuperar los datos, se debe programar con la centralita con los datos de una nueva, volviéndola a codificar y activar desde cero.

- Sustituirla: reemplazar el módulo de control del motor es una opción que a priori se descarta por el elevado coste de esta pieza, ya que una centralita nueva ronda los 2.000 euros, pero sustituirla por una de segunda mano procedente de desguace es una opción que nos permite tener una pieza original, en funcionamiento, con garantías y al mejor precio; de media sale entre 200 y 400 euros.

Via - ro-des.com

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