Finalmente la marca de Stuttgart montó por primera vez en su historia un motor diesel en su modelo de mayor venta, está claro que tenía que rendirse antes los designios que la moda supone. Si a esto le añadimos la demanda de este tipo de vehículos en Europa, Porsche acopló el propulsor diesel de Audi en su todoterreno consiguiendo unos resultados satisfactorios desde el punto de vista dinámico.
Este modelo conserva el excelente comportamiento en carretera que caracteriza a sus hermanos de gasolina, así como un tacto de conducción más propio de un turismo con ciertas aspiraciones deportivas que de un todoterreno que pesa más de dos toneladas. Su sistema de tracción total controlado electrónicamente, el bloqueo del diferencial central y las reductoras le permiten desenvolverse con cierta soltura fuera del asfalto.
El motor es un moderno V6 diesel de procedencia Audi con inyección directa, inyectores piezoeléctricos y turbo de geometría variable. Sólo se han hecho pequeños ajustes en la gestión electrónica, sin variar ni la potencia máxima ni el par, y su rendimiento es brillante, suave, enérgico y está bien aislado.
Para ser más exactos estamos hablando de un 3 litros que desarrolla una potencia de 240 CV a 4.000 - 4.400 rpm y un par máximo de 550 Nm a 2.000 - 2.250 rpm, asociado a un cambio automático de seis velocidades. Con todo ello consigue acelerar de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y su velocidad máxima se sitúa en los 215 km/h. La capacidad de su depósito es de 100 litros y su consumo mixto es de 9,3 l/100 km. Sus emisiones de CO2 son de 244 gr/km.
Sus dimensiones son: su peso total es de 2.240 kg, su longitud es de 4.798 mm, su anchura es de 1.928 mm y su altura es de 1.699 mm.
Su precio arranca a partir de los 63.500 euros.
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