Posiblemente por todo esto y por el buen resultado que supuso el Mini en su día como reedición de la imagen de los coches preparados de los años 60-70, la firma germana no lo dudó, planteando el Serie 1 Tii sobre todo como un ejercicio de estilo para enfatizar su carácter deportivo con una filosofía desenfadada y al mismo tiempo algo nostálgica.
Los cambios que se realizaron respecto al Serie 1 normal no sólo fueron estéticos, ya que como se puede apreciar el Tii monta numerosos elementos de fibra de carbono como por ejemplo el capó del motor, los espejos retrovisores y las entradas laterales delanteras de aire, que consiguen reducir el peso del coche.
Su interior ofrece todo un argumento muy especial ya que inconscientemente vuelve a recordar los coches de competición, con un atractivo ambiente de color negro mate predominante, gracias a las superficies mayoritariamente recubiertas en Alcantara, que contrasta con algunas inserciones y elementos terminados en blanco. Cabe destacar los asientos de aspecto magnífico con un diseño típico de baqué de competición, así como el volante de tres radios y líneas modernas, tras el cual se encuentran unos clásicos relojes redondos, siendo el cuentavueltas blanco. En resumen, un habitáculo que concuerda a la perfección con la deportiva imagen que ofrece su exterior.
De esta forma BMW ha vuelto a resurgir la imagen de una de sus mejores épocas y al mismo tiempo vuelve a utilizar sus míticas siglas Tii para su berlina deportiva más pequeña. Estamos seguros que este modelo habrá encontrado nuevos adeptos entre los menos nostálgicos, y con razón.
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