En esta ocasión y por sus medidas, podemos decir que estamos ante una berlina coupé la cual está realizada sobre la base del Nissan 370Z, y esto sin duda dice mucho sobre sus aptitudes dinámicas y tiene su propia personalidad, y más teniendo en cuenta que comparten motor, esquema de suspensiones y algunas otras partes esenciales del chasis lo convierte también de alguna forma en todo un deportivo con mucho carácter.
Este Infiniti se convierte de coupé a cabrio en apenas 25 segundos con un procedimiento muy sencillo como el de cualquier otro cabrio del mercado. Para ello primero se necesita colocar una pequeña tapa en el maletero y pulsar el botón que acciona el mecanismo. Con la capota plegada, el maletero remanente es prácticamente nulo, pero el placer pasa a ser indefinido. Su insonorización es buena, aunque siempre es conveniente circular con los cuatro cristales subidos para que se cree el famoso efecto burbuja.
Quienes lo han probado aseguran que ofrece una sensación más parecida a la de ir en una berlina de lujo que a la de viajar en un deportivo, es sin duda un coche diferente, de hecho, desde su puesta en marcha a dado un nuevo aire al mercado haciéndose un buen hueco en su segmento. La robustez y sobriedad hacen de él un coche a tener muy en cuenta, sin olvidar su encanto y precioso diseño.
Hablando de su motor, su propulsor V6 gasolina de 3,7 litros de inyección directa y admisión variable desarrolla una potencia de 320 CV a 7.000 rpm y un par de 360 Nm a 5.200 rpm. Consigue acelerar de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos y su velocidad máxima se sitúa en los 250 km/h. Todo ello asociado a una caja automática de siete velocidades.
En cuanto a sus dimensiones, su longitud es de 4.660 mm, su anchura 1.852 mm y su altura 1.595 mm. Su batalla alcanza los 2.850 mm y su peso llega casi a los 1.900 kg.
Su precio es de 62.000 euros.
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