Quizás lo que en un principio estaba previsto que fuese un ahorro energético se puede convertir a corto plazo en un verdadero quebradero de cabeza para muchos automovilistas al tener que llevar sus vehículos al taller gracias a esta medida.
Sir ir más lejos y según un informe de la Red Europea de Garantía de Vehículos cuya empresa actualmente es líder en el sector de las garantías mecánicas, asegura que los vehículos que se comercializan actualmente en la Unión Europea están diseñados con la pretensión de cumplir con la norma anticontaminación Euro5, para circular en trayectos largos a velocidades de entre 115 y 130 km/h, de modo que una reducción de la velocidad media hasta los 105-115 km/h afectará irremediablemente a los distintos sistemas de alimentación o escape por acumulación de partículas de la combustión.
Si esta medida de limitación se mantiene durante mucho tiempo, esta empresa que ha realizado el estudio no duda de que aumentarán las visitas al taller a consecuencia principalmente de problemas en las válvulas de recirculación de los gases de escape (EGR), filtros antipartículas, inyectores o el catalizador, entre otras muchas de las cuales, advierte que podrían no estar garantizadas por las marcas, de modo que sería el propio usuario quien tendría que asumir el coste económico de la reparación.
Un dato a tener muy en cuenta es que los coches con transmisión de seis o más velocidades y los alimentados por gasoil serían en esta ocasión los más perjudicados por esta medida, ya que conducir con la sexta velocidad que es una marcha de desahogo a velocidades por debajo de los 120 km/h puede dañar el motor.
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