La verdad es que se pueden sentir más que satisfechos, porque según declaró durante ese año obtuvieron un beneficio operativo de 11.300 millones de euros, así como una facturación superior a los 159.000 millones de euros y unas entregas de más de ocho millones de coches en todo el mundo.
También destacó los buenos resultados obtenidos en España, donde la compañía cerró el ejercicio con casi un 16 por ciento de penetración en el mercado de turismos, destacando por supuesto la privilegiada segunda posición de la firma en el ranking de marcas y la mejora sufrida en Volkswagen Vehículos Comerciales.
Este responsable del Grupo también adelantó algunos de los objetivos a seguir en cuanto a crecimiento, los cuales se basan en primer lugar a la satisfacción de sus clientes porque gracias a ellos se puede mejorar la cuota del mercado, así como generar más negocio y por supuesto mantener una red de concesionarios sólida y estable.
Y finalmente, el objetivo más importante a seguir es que Volkswagen quiere ser el mejor fabricante de coches del mundo en 2018, y no sólamente en volumen, sino que también quieren serlo en calidad y sostenibilidad. A nosotros tan sólo nos queda añadir, que tal y como vamos comprobando los progresos que está teniendo el Grupo, no es de extrañar que consigan este objetivo.
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